Pasos a seguir

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  1. Ponemos el aceite en una sartén y calentamos.
  2. Cuando esté tostado (podemos comprobarlo echando un trozo de pan para ver si se tuesta), retiramos y dejamos enfriar.
  3. Batimos los huevos (yo utilizo una cacerola alta porque cuando añadimos el gasificante, la masa suele crecer).
  4. Añadimos los sobres, tamizándolos por si llevan algún grumo, y seguimos batiendo.
  5. Se va añadiendo el vaso de leche (templada) y de aceite (frío).
  6. Añadimos el azúcar al bol y continuamos batiendo.
  7. Tamizamos, con la ayuda de un colador, la harina y vamos incorporándola, poco a poco, a nuestra mezcla mientras vamos batiendo (si los huevos son más pequeños habría que añadir algo menos de harina).
  8. Rallamos la piel del limón y la añadimos a la mezcla.
  9. Batimos hasta conseguir una masa homogénea. Después dejamos reposar media hora la masa para que se vuelva más elástica.
  10. Precalentamos el horno a 210 ºC por arriba y abajo. 
  11. Para verter la mezcla y que no se derrame, el truco está en ponerla en una jarra… nos resultara mucho más sencillo.
  12. Llenamos los moldes hasta ¾ o algo menos porque la masa subirá.
  13. Espolvoreamos un poco de azúcar por encima.
  14. Introducimos en el horno unos 12 minutos, hasta que estén doradas. Desmoldamos, y… ¡listas para comer!


Utensilios de cocina

Para realizar esta receta he utilizado alguno de los siguientes utensilios (o similares), que tú también puedes comprar online: